Con la última fragancia verde derramé mi enésima lágrima diluyendo así mi paraíso terrenal. Otra vez igual, aquel dolor que no te duele es el que no puedes asimilar.
Hoy me prometo a mi mismo que no puedo seguir igual, que las cosas tienen que volver a cambiar. Hoy es el día de mis mayores promesas incumplidas.
Es un paso continuo y necesario del que yo me quiero bajar, dormir en horizontal, respirar, hablar, ahora se hace dificil incluso pensar.
La luna, tímida, se oculta entre la neblina para no coincidir con el sol, apura el trago, tenemos que marchar.
17 Agosto 2010
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